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Labios de Trapo

DESPUÉS...

DESPUÉS... Después de salir
cierras la puerta
y corres a pisar
el último charco de la calle.
Piensas que el agua
que inunda tus zapatos
puede llevarte a
ningún lugar.
Sigues caminando
con la chaqueta
que pesa sobre tus hombros,
como todos los problemas
que almacenas en
una bolsa de canicas
que cuelga en tu cinturón,
esperando
que el peso agujeree
esa bolsa
y los problemas
decidan dar un paseo,
lejos,
sin vuelta,
perderlos de vista...
Es más fácil perderlos
que resolverlos,
que ahogarlos en un vaso.
Siempre hay un después...

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